Soledad [LIBRE]

Me encontraba en mi habitación. Era la mejor, pero la más solitaría. Y a veces era aburrido. Ya estaba cansado de entrenar, por primera vez. Había estado toda mi vida encerrado en aquel campamento, sin niguna misión. Eso era la única cosa que envidiaba de mi primo Percy. La libertad. Sus hazañas eran conocidas en todo el mundo Olímpico. Lo único que envidiaba de él.

Algo me sacó de mis pensamientos. Una persona se acercaba a mi. No sabía definir su sexo, ya que estaba muy lejos. ¿Quien sería?

Hacia apenas unos días en el que habia llegado al campamento Half-Blood, el cual me habia enviado mi madre para proteger a un semi-dios, a Raphael Brooks un hijo de Zeus. Era bastante simpatico y por lo que habia hablado con él me caia bastante bien, asi mejor por que mi trabajo se me haria menos pesado. Cada día me sentia más segura y caminaba mejor pues me habia costado bastante aprender a caminar despues de toda una vida nadando en los océanos del Olímpo donde se encontraba mi hogar. Lo echaba de menos... Pero sabia que éste era mi destino y mi nuevo lugar.
Me dirigia hacia la cabaña de Raphael y cuando llegué, o eso pensaba yo pues aun no conocia mucho el lugar, entré y vi que estaba vacia. Bufé y me acerqué a un mirador que habia el cual daba al lago. Me entraron unas ganas tremendas de dejar atras esta forma humana y zambullirme en el agua.. Pero en seguida noté a alguien detras mio, alguien que acababa de entrar. Con la esperanza de que fuera Raphael me acerqué a él pero en cuanto vi que no era él parpadeé confusa y lo comprendí todo. Me habia equivocado de cabaña...

-Lo siento mucho.. Creo que me he equivocado. -Me disculpé, encogiendome de hombros, con una encantadora sonrisa.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos. "¿Que pasa ahora?" pensé, un poco indignado. Me dí la vuelta. Era una chica. Guapa, rubia e ... ¿inpertinente? "¿Que coño hace esta en mi cabaña?" Con mi rapidez habitual saque mi boli y envainé mi espada. Me coloqué en posición defensiva, porque no comprendia nada, y no sabía lo que podía hacer. Pero algo me llamó la atención. Mi padre estaba tardando en su llamada habitual para decirme quien. Aunque comprendí que estaba solo. Pero entendí todo. Se había equivocado de cabaña. Guardé mi boli y me disculpé: -Perdona, no sabía que te habías equivocado -intente excusarme

Pegué un salto del susto en cuanto el semi-dios sacó algo parecido a un boli defensivo de esos y en menos de un abrir y cerrar de ojos el objeto se habia convertido en una espada. Abrí los ojos mirando el arma fijamente. Desde luego que este no era la cabaña de Raphael, y menos él. Pero en cuanto guardó la espada, convirtiendola nuevamente en un boligrado y se disculpó pude respirar tranquila. ¡Me habia llevado un susto de muerte!

- ¿¡Tu te crees que esas son formas de recibir a una señorita!? -Le reproché, aunque no en serio, nunca lo hacia, y siempre con cierto tono divertido en mi suave voz. Asentí ligeramente con mi cabeza.- Ajá, iba en direcion, o eso creia yo, a la cabaña de Raphael pero supongo que me equivoqué. -Me encogí de hombros, algo resignada.

Menudo error. Si tuviera aspecto de Quimera, vale, pero era una campista. Como se enterase Quirón me mataba. Tenía que elaborar otra disculpa rapida, muy rapida: -Lo siento, me has dado un susto, y como no tengo compañeros, no estoy acostumbado a recibir visitas.

Mi padre ya estaba tardando. Solía soplarme la sangre de cada semidos que me encontraba, y me hacía ver sus ùnts debiles, para apovecharlos al maximo. Pero esta vez no. O tal vez no era un semidios. Y tampoco tenía pinta de satiro, al reves, era muy guapa

-Oh, entonces ibas a la cabaña de mi hermanastro -dije con algo de recelo- dale recuerdos de mi parte

-Y, ¿puedo saber tu nombre?

Le escuché pensativa y asentí tranquilamente. Era normal entonces, aunque tal vez esto se hubiera evitado si me hubiera cogido un mapa o hubiera preguntado y no ir por mi cuenta, como siempre.

- No te preocupes por ello ya, la culpa fué mia. -Dije finalmente, encogiendome nuevamente de hombros. Me pareció notar en su tono de voz algo de.. ¿desconfianza? Normal, no nos conociamos y no tenia ni idea de quien era yo y, al parecer eran hermanastros, ni de la relacion que tenia con Raphael.

-Ajá. -Asentí tranquilamente, obervandole con cierta curiosidad.- Descuida, se los daré. -Le dije sonriendo de oreja a oreja. Vacilé un poco antes de presentarme pues no sabia si se sorprenderia o no.. Pero ya no tenia que preocuparme por aquello, aqui habian más como yo, no sirenas pero si como yo.- Me llamo Marianne, soy una sirena y protectora de Raphael, es un placer.... -Me presenté con una leve inclinacion de cabeza, educadamente, y al mismo tiempo preguntandole como se llamaba él.

Mi hermanito un tennía protector. Me parecío increible, aunque luego lo asumí. Y ella era una sirena, eso explica lo de la ausencía de mi padre por el "Chat mental". ¿Sirenas? No sabí demasiado sobre ellas. Pero era lo sificientemente listo como para saber que tenían otro cuerpo. Nunca había visto una sirena. Y podía ser mi oportunidad.

-Yo soy Axel Cooper, dueño de esta cabña y com te habras percatado, hijo de Zeus. Tambien es un placer.