Que llueva , que llueva... (Axel)

En realidad no me costó demasiado encontrarla. Estaba bien camuflada, y por eso no la había visto en un principio.
Pero una vez me situé, la encontré en pocos segundos.

- Entra - murmuré mientras observaba las maletas de la entrada, aún por deshacer.

Una vez dentro, corrí a encender la calefacción.

- Creo que no tengo nada de ropa para dejarte...- dije en tono de disculpa - Porque dudo que mi ropa te venga buena, ¿no? - añadí riendo y señalando su espalda.


La ropa se pegaba al cuerpo, y mi pelo empapado dejaba caer gotitas sobre la cara.

-¿Quieres una toalla?

Por fin un techo. La lluvia ya no me empapaba, aunque tan poco me disgustaba la lluvia. Pero en pocas cantidades.

Entramos en su cabaña. Estabamos calados hasta los huesos, y el pelo de ella dejaba caer gotas al suelo. Ademas se me maracaba todo, era como si no llevase camiseta.

-No, no pasa nada, cuando vaya a mi cabaña, que esta cerca de aqui, cogere ropa limpia, y seco, con una toalla me basta, gracias -dije, riendome por la propuesta que me habia echo antes.

La lluvia continuaba, como si nada. ¿Como podía llover tanto, si hace diez minutos hacia sol? Suponia que mi padre tenia algo que ver en eso.

-Menos mal que hemos llegado, no soportaria ni un segundo mas en la lluvia

- Como quieras - dije pasándole la toalla - Yo sí me voy a cambiar.

Le miré con diversión cuando dijo lo del agua.

-¿Acaso tienes miedo del agua?

Cogi una de las maletas y me fui a la habitación. Me puse lo más cómodo que pillé en esa maleta para ir por casa : unos pantalones cortos y una camiseta.
Al cabo de unos minutos salí, con el pelo ya no tan mojado.

Se fue a cambiar, y me quede solo unos instantes. Observé mejor la cabaña. Era bonita, un poco rústica. Me gustaba, y además estaba cerca de la mía.

Salio con una camiseta y pantalones cortos. La lluvia no cesaba, si quiera unos segundos disminuia. El lago, antes en calma, ahora estaba abarrotado, e intranquilo.

-No, no es que tenga miedo al agua, es que en tantas cantidades no me gusta. Si tuviera miedo al agua mi primome mataria -me rei, sin poder evitarlo.

- Y no le faltaría razón ... - dije riendo.

Seguí su mirada a la ventana, fruncí el ceño con gesto serio. El primer día de mi llegada y ya llovía a cántaros.
Parecía que la mala suerte me perseguía allá donde fuese.

- A este paso tendrás que volver a casa en barca...

Me senté en el sofá negro y le hice un gesto para que se sentase él también. Le observé con detenimiento y una idea cruzó mi mente.

- ¿Qué poder tienes tú?

-Si, pero mi manejo nautico no es demasiado, bueno. No recorreria un metroo sin caerme al agua -dije riendome, siempre habia sido un "manitas nautico". Aunque intentaba mejorar, no podía, aunque no creo que fuera demasiado útil.

Preguntó por mis poderes. -Mis poderes son chamuscar y estrellarme, es decir, puedo volar y controlar la electricidad. Pero volar, bueno, no me sale muy bien.

Ya había dicho los mios, ¿pero los suyos? Siendo hija de Afrodita, no seria un dón de combate, aunque nunca se sabe, siempre puede ser ofensivo-

- ¿Volar? - abrí los ojos como platos - Eso tiene que molar mucho! ¿Y puedes volar cargando con alguien?

¡Volar! Ese poder sí que tenía que ser útil. Si yo tuviese ese poder, me pasaría el día por los cielos.

- Bueno...Yo manipulo las mentes y los sentidos - me encogí de hombros - pero se me dan mejor las mentes.

-Si, puedo volar, mas o menos, y cargar con alguien tambien, pero ese alguien corre mucho riesgo de acidente -rei, todavia estaba enperiodo de practicas. Elyse abrió los ojos como platos aunque no era nada del otro mundo. Despues dijo su dón. Manipulación, propio de las hijitas de Afrodita.

La lluvia estaba parando, poco a poco. Ya no era un aguacero, sino unas gotitas. Dirigi la mirada a ella. "De un momento a otro esta lluvia va a acabar" pensé

- Guay. El día que necesite una descarga de adrenalina serás el primero al que busque - reí.

Seguí su mirada hacia la ventana.

- Creo que al final no hará falta la barca - y añadí intentando contener la risa - Una pena, hubiese sido digno de ver .

Le guiñé el ojo. Cuando recuperé un poco mi seriedad, pregunté :

- ¿ Sabes llegar a tu casa, no?

-Claro que se llegar a mi cabaña, llevo diez años retenido aqui.

Por fin, las gotas cesaron, y aparecio algo muy extraño, a la vez que bello. Alli arriba, con todos sus colores, un gran Arco Iris, perfectamente visible. Dirigi mi mirada al Arco Iris.

-¡Mira! El Arco Iris. Es increible, ¿verdad? -hize una larga pausa, suspirando y me di la vuelta de nuevo.

De prontó pareció emocionarse, como si fuera un niño. Me levanté de un salto y observé el arco iris desde la ventana.

- Es... - murmuré quedándome embombada - Precioso - sentencié cuando aterricé de nuevo a la tierra.

Me giré hacia él con una media sonrisa.

- Podríamos ir volando, tú puedes - dije con seriedad, como si lo dijese en serio - ¿Vamos?

Mantuve la expresión seria, inexpresiva. Y por dentro me reía.

Dio un saltito, aterrizando cerca de mi y admirando tambien el Arco Iris que resplandecia en el cielo. Despues me propuso alzar el vuelo. Tecnicamente podia volar con acompañantes, pero no lo habia hecho nunca. "Siempre hay una primera vez" pensé, siempre tan optimista y monotono.

-Vale, pero espero que tengas un buen seguro de salud -dije bromeando- no esta muy lejos, y el cielo esta despejando, es el momento ideal.

Me coloque fuera de la cabaña, para tener mas espacio en el despegue. Planeé el trayecto, me alzaria hasta las nubes, y cuando las hubiera pasado empezaria a avanzar, descendiendo a unos cien metros, para aterrizar despacio.

-Vale, cuando quieras -dije mientras me colocaba en posición- Tienes que subirte a mi espalda, y agarrarte muy fuerte.

Abrí los ojos desmesuradamente ante la sorpresa. Ni siquiera me había planteado que aceptase.
De todas formas me recuperé pronto, y con una sonrisa enorme y cierto brillo de locura en los ojos , me acerqué a él.

- Bien, allá voy - dije con entusiasmo.

Di un saltito y me subí a su espalda (no sin cierto esfuerzo, ya que era bastante más alto que yo ) .

- Lista para despegar, capitán - murmuré riendo.

Se subió a mi. Vale, ahora tenia que despegar y no matar a nadie. "Uff, ¡que dificil" pensé. Me coloqué en posición.

-¿Preparada? -dije, apretandome los nudillos de la mano.

Hize un esferzo, y mis pies abandonaron el suelo. a 5 centimetros de tierra. Despues me alce mas. Un metro, dos metros, tres... treinta, treinta y uno. Me segui alzando hasta que traspase las nube

Casi ni yo podía creérmelo cuando despegamos. Era tan...diferente a todo lo que había hecho. Y por supuesto no se parecía a montar en avión.

- Wow...Esto es..¡wow!

Mi locuacidad alcanzó su límite ese día, que no dejaba de soltar exclamaciones medio ahogadas por el viento.
Me cogí más fuerte a él y miré e todas direcciones.

- Es fantásstico!

Le gustaba. Yo no leía la mente, pero no hacía falta, ya que su expresión y sus continuos uaus eran lo suficiente para saberlo. -Si, lo se -comenté. Giré, no muy cerrado, pero haciendo que ella se tambaleara. Me introdujé en una nube, un cumulo nimbo muy claro y estrecho. La húmedad de su interior me obligo a cerrar los ojos, aunque los abrí rapidamente para salir de la nube

Giró, y la impresión hizo que cerrase los ojos. Es imposible describirlo. Daba la impresión de que caeríamos, que acabaríamos estampados en el suelo. Aunque obviamente, eso no pasó.

Pero como buena masoquista que era, volví a abrir los ojos. Habíamos estado en una nube.
Si una semana antes alguien me hubiese dicho que iba a volar, probablemente le habría tomado por un chiflado.

Pero ahí estaba yo, a espaldas de un chico navegando por las nubes.

- Buf - suspiré. Era como estar en un sueño.

Empecé a descender altura. Todavia no dominaba los vuelos de larga duración. Y podría haber peligro. Bajé, hasta volver a ver el suelo. Me coloqué en forma vertical, sujetandola con una mano. Despues coloqué un pie sobre el suelo, y luego el otro, hasta estar completamente en tierra firme.

[Abro otro tema]