Gracias por volar con aerolineas Zeus [Elyse]

El vuelo había sido increible. Pero, como todo, había terminado, aunque había sido divertido, y además mi primer vuelo con acompañante. Respiré, aun con la adrenalina en el cuerpo.

-Bueno, ¿que tal?

Cuando mis pies tocaron el suelo , me mareé un poco. Pero pronto recuperé el equilibrio.
Tenía la respiración agitada, tal vez por la emoción mezclada con el miedo. Sí que había sentido un poco de miedo en el aterrizaje a decir verdad, eso de ver el suelo acercarse a tanta rapidez eran muy nuevo para mí.

Tardé unos segundos en responderle, intentando recuperarme.

- Increíble - dije con una gran sonrisa y todavía respirando trabajosamente - Absoluta y totalmente increíble.


OFF : Siento la tardanza, el viernes me operaron y he estado en post operatorio T.T Pero ya estoy aquí

Yo no podría describirlo mejor -añadí, con una cálida sonrisa. La verdad es que había sido mi primer vuelo con pasajeros, y además el único en el que no me he acabado estrellandome contra el agua y habia tenido que venir Percy a por mi -.-. Estaba igual o más emocionado que ella, pero lo ocultaba, aunque en el fondo me encantaba encontrarme así. -Bueno, recuerda que todavia hay viaje de vuelta, a menos que prefieras volver a pie -añadí, mientras me encaminaba hacía mi cabaña. La invité a entrar gustosamente

- Por tu culpa ahora ya no querré andar nunca más - dije haciendo un mohín. Saqué el labio inferior y fruncí el ceño, adoptando así un gesto de pena. Aunque sólo me duró unos segundos, no pude evitar empezar a reir.

Entré en la cabaña, todavía con la emoción a flor de piel.

- ¿Vives solo? - pregunté distraída, observando la decoración.

No estaba nada mal para ser un chico. Y no estaba todo lleno de ropa sucia como había imaginado.

Nota para mí : No volver a tener primeras ideas sobre una persona, en especial si es Axel.

-¿Culpa mia? -dije, arquenado una ceja. La verdad, me estaba empezando a gustar Elyse. Cuando entramos, su cara lo decía todo: ¿Porque vivia solo? -Bueno, Raphael es un amante de la intimidad, mientras que Thalia ... bueno, Thalia es Thalia -dije mientras me acordaba de lo que le había pasado a mi pobre hermana. Estuvo varios años en forma de arbol, mientras que Luke hacía de las suyas.

-¡Pues claro que es tu culpa! - le saqué la lengua.

Le escuché, mientras me quedaba parada en medio de la entrada.

- Raphael y Thalia, ¿Son tus hermanos?

Yo no sabía ni que Axel tendría hermanos. Obviamente, lo suponía, pero no lo sabía a ciencia cierta.

Yo aún no había conocido a mis ¿hermanas? Hasta pensarlo se me hacía dificil. Hermanas.
¿Significaba eso que tendría que compartir mi cabaña con completas desconocidas?
La idea no me hacía ninguna gracia. Serían mis hermanastras, pero no las conocía de nada.

-¡Pues claro! -dije, creia que lo había dejado mas que claro que eran mi hermanos- aunque Thalia se acaba de unir al club de hermanos de Axel aunque es mucho mejor que Raphael, pero no se lo digas -´dije, algo divertido. -Y tú, al ser hija de Afrodita, seguramente tendras un millón de hermanas, o dos millones

- Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo - le guiñé el ojo con complicidad.

Me quedé pensando en lo que había dicho. Tenía razón. Afrodita no era conocida por ser precisamente una puritana.
Si ya me había asustado con tener que compartir mi cabaña con una o dos hermanastras, ¿qué pasaría si fuese con diez?¿o con veinte?
Fruncí el ceño, de forma inconsciente.

- Seguramente - asentí - Pero aún no conozco a ninguna - me encogí de hombros.

Entonces se me ocurrió algo.

- A lo mejor tengo una doble por ahí - sonreí. Obviamente no podían haber dobles de mí, pero quizá sí habría alguna chica muy parecida a mí - Qué trauma .

-Pero, porsuerte, puedes tener cabaña propia, gracias a que mi primo odiaba a Tyson, y gracias a él, Quirón dijo que las cabañas pueden ser individuales, y, buen, este es mi pequeño santuario alejado del mundo -dije mientras le mostraba el embarcadero, la cocina ... todas las habitaciones. -Y tranquila, todas las dmás hijas de Afrodita son materialistas y pijas, pero tú ers diferente, es extraño que seas diferente a las demás, aunque asíes mejor.

-¡Tienes embarcadero! - Vale. Era lo que me faltaba por ver. ¿Desde cuándo se tenían en las cabañas embarcaderos? Desde luego, este chico era especial.

Iba detrás de él, sonriendo ante detalles que le delataban : algún poster, algún videojuego.

Pero mi sonrisa se borró de mi rostro cuando hizo el comentario de las hijas de Afrodita.
Yo también había sido así. De pequeña había disfrutado yendo vestida de muñeca, con vestiditos y demás. Mi carácter era siempre feliz, la sonrisa eterna en mi rostro.

Pero luego todo cambió. Todo...se fue a la mierda.

Me mordí el labio , ya que los ojos me escocían. Parpadeé varias veces e intenté que mi cara no delatase nada de lo que acababa de pasarme por la cabeza.

- Sí. Muy extraño... - dije con una media sonrisa, intentando volver a mi bueno humor anterior.

Entonces reparé en que me había hecho un cumplido, me sonrojé un poco.

- Gracias - sonreí con cierta timidez.

Bah, ¿Desde cuando me sonrojaba yo? Quizás fuese porque era la única persona que no me había juzgado desde un principio, viéndome como una especie de Barbie o jugete al que utilizar.

-Casi todas las cabañas individuales tienen embarcadero propio -aseguré, mientras miraba el estado de las barcas, hacía tanto que no las utilizaba... que casí me había olvidado de ellas. Aunque todavia seguian en buen estado, mas o menos. "Nota mental, tengo que usarlas mas" pensé, mientras volvía a entrar en el perímetro resguardado de la cabaña.

Anté mi comentario, noté que se sonrojó un poco, lo cual era extraño, porque yo nunca hacía cumplidos. Debía haber sido mis subconsciente, o algo así.

-De nada -respiré hondo, muy hondo-solo he dicho como eres, desde mi punto de vista

- Tendré que pedir que me instalen a mí uno - murmuré en voz baja, casi más para mí que para él.
Me imaginé a mí en una barquita en medio del lago, dejando que se meciese lentamente y con el sol brillando con...

Salí de mi ensimismamiento cuando se giró hacia mí de nuevo. Él había estado hasta el momento mirando las barcas con un gesto apenado. Imaginé que tal vez fuera porque tenía ganas de usarlas.

- Gracias -repetí, desviando la mirada - Tú tampoco has demostrado ser el típico hijo de dios que se cree lo más de lo más - dije girándome de nuevo hacia él.

-Gracias, parece que los dos somos "bichos raros" -me reí, esa ocurrencía si que ha sido graciosa, aunque espere que no la hiriera, era una broma, al fin y al cabo.

El sol estaba ya en el oeste, pero todavia quedaban unas dos horas para el atardecer, y tres para el crepúsculo.